UNA
DE AVENTURAS
El
pie de
Jaipur’ debería leerla todo el mundo porque trata de lo importante
que es «lo que hacemos con lo que nos queda». O sea, de superación
de frustraciones
E1
primer libro de Javier Moro, Senderos
de libertad, se
desarrollaba en la Amazonia y tenía como personaje central a Chico
Mandes, el gran líder ecologista asesinado, aunque, en cierto modo,
era una obra coral: muchas víctimas alzaban su voz, y la propia
tierra hablaba por sus heridas. Casi tres años más tarde publica El
pie de Jaipur (Planeta
/ Seix Barral), que también es cosa de muchos. Moro es uno de esos
escritores ágiles y precisos, que viven su profesión como una
intensa forma de comunicarse: la elección de los temas y la
investigación exhaustiva a que los somete le lleva a conocer
realidades, gente y paisajes que luego condensa en libro, efectuando
otra vez el viaje, pero esta vez en nuestra dirección, esta vez
trayendo sus experiencias hasta depositarias ante nosotros. A sus
años —apenas tiene cuarenta— y con sus ganas de moverse, si le
interesaran menos las personas, escribiría best
sellers de
brillantes peripecias, y no me cabe duda de que, fácilmente, se
colgaría de lo alto de las listas de ventas. Pero prefiere otras
epopeyas, y así no le va mal: Senderos
conoció
una amplia difusión y El
pie de Jaipur debería
leerla todo el mundo porque trata, como alguno de los múltiples
seres reales que lo pueblan dice en algún momento, de lo importante
que es “lo que hacemos con lo que nos queda”. O sea, de
superación de frustraciones.
En abril de 1984, en la habitación 306 del primer centro de atención medular de Francia, Propara, situado en Montpellier, tuvo lugar el encuentro entre los dos hombres que forman el dibujo central del amplio fresco tramado por Moro. Uno era francés, Christophe, un muchacho burgués que se había desnucado al arrojarse al mar, y a quien los médicos habían augurado pocas esperanzas y ninguna calidad de vida: había quedado tetrapléjico. El otro era Song Tak, un camboyano que tenía 13 años cuando los jemeres rojos entraron en Phnom Penh e implantaron su ley de terror. Después de haberlo perdido todo de la manera más brutal, Song Tak, como consecuencia de una violenta caída, sufría ahora de un quiste medular que, poco a poco, le había impedido andar. Ocho años más tarde, ambos hombres se encuentran entre los primeros corredores que llegan a la meta en el maratón de los Juegos Paralímpicos de Barcelona.
Pero el libro no es sólo la narración, tensa y conmovedora, de lo que lleva a estos dos hombres a sacar el mejor partido de lo que les quedó tras sus respectivos accidentes. En este caso, poco aportaría al ya trillado género de “cómo superar”, etcétera, tan apreciado en Estados Unidos. Aquí, con las vidas de esos jóvenes como excusa se rastrea hacia adelante y hacia atrás, hacia afuera y hacia adentro, de forma que los tipos humanos que van surgiendo reconstruyen un mundo que resulta tan fascinante como desconocido, que sólo frecuentan quienes han tenido la desgracia de perderse en la inmovilidad.
Sacando
del canasto las cerezas, una tras otra, Moro noveliza, sin dejar de
informar. no sólo la lucha por la vida llevada a unos extremos que
la mayor parte de nosotros ni siquiera se atreve a presentir: entra
en lo desconocido. En lo que hay detrás de cuanto se destruye día a
día: las organizaciones no gubernamentales, las personas
individuales, los grupos de amigos, la gente corriente que trata de
remediar el horror que la ha precedido. Los médicos que no se
someten
a
la
desesperanza .
Leyendo El pie de Jaipur —que es el nombre que recibe la prótesis, barata y práctica, inventada por el doctor Sheti para responder a las numerosas mutilaciones del Tercer Mundo, y que aquí se convierte en el símbolo de la solidaridad—he recordado a gente que he ido encontrando por ahí y que, durante la lectura, volvieron a aflorar en mi conciencia.
El
cirujano griego que actuaba en campos palestinos y que defendía la
necesidad de que los médicos estudiaran la carrera en un país
subdesarrollado, “para aprender a trabajar con lo que hay”; la
joven de Handicap International que, en un campo de refugiados
somalíes en el borde interior de Etiopía, mantenía un pequeño
taller de prótesis de madera. Los operarios, tullidos por las minas,
que trabajaban sin descanso para aliviar en algo
a sus compatriotas, obligados a arrastrarse por los suelos.
La mezcla de escenarios, la suma de personajes, la denuncia de intereses bastardos, la numerosa información práctica, la profundización sicológica y, sobre todo, el tierno humor que hay en sus páginas hacen de este libro una lectura indispensable.
Ya
he dicho que trata de la aventura de vivir, que es la más
apasionante de todas, y aún más: consiste en acercarse a ese más
difícil todavía
que es vivir con lo que queda.
“Durante mi investigación”, escribe Moro, “me di cuenta de que los personajes de El pie de Jaipur iluminan nuestra existencia como un faro el mar oscuro.
“Durante mi investigación”, escribe Moro, “me di cuenta de que los personajes de El pie de Jaipur iluminan nuestra existencia como un faro el mar oscuro.
Representan
el valor y la esperanza; son un símbolo de la pasión vivir”.
Anoche acabé el libro y me puse a mirar una de James Bond en la tele . De repente vi a Roger Moore lanzándose con esquíes por encima de un automóvil. Imagínate que se rompe algo, me dije. Y pensé que entonces empezaría la más rocambolesca y difícil aventura de 007.
Anoche acabé el libro y me puse a mirar una de James Bond en la tele . De repente vi a Roger Moore lanzándose con esquíes por encima de un automóvil. Imagínate que se rompe algo, me dije. Y pensé que entonces empezaría la más rocambolesca y difícil aventura de 007.
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El pie de Jaipur - Javier Moro - Google Libros
books.google.es/books/about/El_pie_de_Jaipur.html?...Compartir
En 1984, un joven estudiante víctima de un grave accidente coincide en una clínica del sur de Francia con un camboyano, superviviente de la época de los ...Jaipur - Wikipedia, la enciclopedia libre
es.wikipedia.org/wiki/JaipurCompartirJaipur (en hindi जयपुर), conocida también como la ciudad rosa, es la capital del estado de Rajastán en la India. Su población en el año 2003 era de 2,7 ...Jaipur, Rajastán, India
maps.google.esImágenes de jaipur
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